protegEMOS áreas NATURALES
En el marco de la restauración de los ecosistemas andino amazónicos, hemos llevado a cabo exitosos pilotos en las áreas de la Comunidad Campesina de Japu Nación Q´ero y en la Cuenca Media del río Mapacho, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Manu, abarcando un total de 20 hectáreas de bofedales. Estos proyectos pilotos han demostrado ser eficaces en la recuperación de los ecosistemas degradados. Esta experiencia la hemos replicado en el Área de Conservación Regional Ausangate de la mano de las comunidades altoandinas con quienes venimos restaurando 50 hectáreas de bofedales hasta la fecha.
Además, hemos reforestado un total de 380 hectáreas en áreas previamente degradadas de ecosistemas de bosques altoandinos. Nuestro trabajo ha permitido la reintegración de especies nativas y la recuperación de la biodiversidad, contribuyendo así a la protección del medio ambiente y los valiosos servicios ecosistémicos que brindan.
Los bofedales abarcan el 3% del planeta, regulan el agua en zonas altoandinas y son vitales para el manejo tradicional de la tierra. Los bosques relictos, hogar de especies y recursos valiosos, son clave en la regulación climática y ciclo del agua. En colaboración con la población local y socios estratégicos, restauramos bofedales y reforestamos bosques con especies nativas, promoviendo el desarrollo sostenible.
Apoyamos la restauración de áreas degradadas en el bosque nativo de la comunidad campesina Japu, un último bastión Inca en la Nación Q’ero, Región Cusco. Esto incluye la restauración de los bofedales, una estrategia clave para enfrentar el cambio climático en las alturas de los Andes peruanos.
En la comunidad campesina de Japu, Región Cusco, trabajamos en la restauración de áreas degradadas de bosque nativo como parte del proyecto Paisaje Q’ero. Hemos producido y plantado en campo definitivo 150 000 plantones de especies nativas y mejorado la calidad de animales locales como llamas y alpacas. Nuestra colaboración con la Comunidad Campesina de Japu y el apoyo de organizaciones aliadas, nos ha permitido avanzar en la restauración de 20 hectáreas de bofedales en esta zona de los Andes peruanos.
Nuestro principal objetivo es contribuir con la protección y la restauración de las cabeceras de las microcuencas proveedoras de recursos hídricos, de las comunidades campesinas de la Cuenca Media del río Mapacho, que se encuentran en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Manu, con actividades que ayuden a la restauración de estos ecosistemas andino – amazónicos.
Trabajamos en colaboración con la población local y en el periodo 2021 – 2024 hemos logrado implementar dos viveros con una producción total de 360 mil plantones de 30 especies nativas. Nuestra labor consiste en recuperar áreas degradadas, proteger el recurso hídrico y fortalecer la resiliencia frente al cambio climático en comunidades como Juan Velasco Alvarado, Jajahuana, Callepata, Cristo Salvador de Cutipata y la Asociación de Agricultores Ttoccohuaylla, Comunidad Campesina de Lucuybamba, así como difundir conocimiento a nivel regional.
Asimismo, en 2022, inauguramos el Centro de Interpretación del Oso Andino, que se ha convertido en un importante espacio de aprendizaje donde promovemos la educación ambiental para estudiantes y familias de Challabamba, así como de la provincia de Paucartambo y la región de Cusco.
Desde hace cuatro años, trabajamos en conjunto con las comunidades locales para prevenir y combatir incendios forestales. A través de talleres impartidos por bomberos forestales del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas, se capacita a los comuneros en la prevención, identificación de riesgos y en las primeras respuestas ante un incendio haciendo uso de herramientas clave como el pulaski, el machete, el batefuego y el mcleod.
Los incendios forestales suelen ser causados por las quemas agrícolas, una práctica común durante la temporada seca para limpiar los terrenos tras la cosecha. Aunque es una técnica utilizada habitualmente, en realidad baja la calidad de nuestros terrenos de cultivo, además presenta serios riesgos para la vida silvestre, los recursos naturales y la seguridad de los pobladores.
Gracias al conocimiento adquirido, los comuneros han logrado controlar tres incendios entre los meses de julio y agosto del presente año, que amenazaban sus territorios, demostrando su capacidad para aplicar lo aprendido en situaciones reales y contribuyendo en la conservación de los bosques nativos, ecosistemas fundamentales para el suministro de agua, el hábitat de numerosas especies y para mitigar los efectos del cambio climático.
RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS ANDINO – AMAZÓNICOS