10 de abril de 2019 | autora: Arianna Basto
El águila arpía (Harpia harpyja) y el árbol shihuahuaco (Diptheryx micrantha) son especies representativas de los neotrópicos, donde su presencia es imprescindible para el cuidado del ecosistema. El águila arpía es el ave rapaz más poderosa que habita en las alturas de los bosques tropicales, desde el sur de México hasta el noreste de Argentina. Se alimenta principalmente de mamíferos arbóreos.
Por otro lado, el árbol shihuahuaco es fuente de alimento para murciélagos, agutíes, guacamayos y halcones, quienes comen sus frutos y semillas. El shihuahuaco puede crecer hasta alcanzar una altura de más de 50 metros y se distribuye desde Colombia hasta Bolivia.
Pese a su valor, ambas especies presentan dificultades para su supervivencia. Amenazada por la caza y pérdida de su hábitat, difícilmente puede observarse águilas arpías en la naturaleza y su población se ha desplomado en muchos países de América Central. Un obstáculo para su recuperación es su tasa de reproducción lenta: anida una sola cría cada dos o tres años. Por otra parte, el shihuahuaco puede tardar siglos en alcanzar su altura máxima. Aunque no ha sido clasificado en peligro de extinción, está amenazado por la tala y la deforestación.
En Perú, debido a su madera dura y resistente a la putrefacción, el shihuahuaco es una de las especies de madera más exportadas, tanto legal como ilegalmente. La deforestación es el destructor común de las dos especies: ha disminuido la disponibilidad de presas y sitios de anidación para el águila, al tiempo que reduce las poblaciones de dispersores y el hábitat adecuado para el shihuahuaco.
En un bosque, la ausencia de grandes depredadores se asocia con una menor diversidad de árboles. El águila arpía ayuda a controlar la presencia de herbívoros, lo cual permite la propagación de distintos tipos de árboles. Por su lado, el shihuahuaco es de gran valor ecológico: sus raíces en forma de aletas dan integridad estructural al bosque y cuando cae deja grandes espacios, facilitando el proceso de sucesión. Además, debido a la gran cantidad de carbono que puede almacenar un solo árbol, es una especie clave para combatir los efectos del cambio climático.
El shihuahuaco es uno de los árboles más importantes donde el águila arpía puede anidar, pues esta ave depende de los árboles emergentes del dosel. Los lugareños e investigadores han descrito la estrecha relación entre estas dos especies. Cabe destacar que los nidos de águilas construidos sobre las ramas del shihuahuaco son utilizados en más de una temporada reproductiva.
En la estación biológica Los Amigos estamos cultivando más de cien plantones de shihuahuaco. Eventualmente, el shihuahuaco será una vista común aquí … y, con suerte, también podrá observarse a la majestuosa águila arpía.
Más sobre el tema:
Aguiar-Silva, F. H., Sanaiotti, T. M. & Luz, B. B. (2014). Food Habits of the Harpy Eagle, a top Predator from the Amazonian Rainforest Canopy. Journal of Raptor Research, 48(1): 24-35. URL: https://doi.org/10.3356/JRR-13-00017.1
Putzel, L., Petersa, C. M. & Romod, M. (2011). Post-logging regeneration and recruitment of shihuahuaco (Dipteryx spp.) in Peruvian Amazonia: Implications for management. Forest Ecology and Management 261 (2011) 1099–1105. doi:10.1016/j.foreco.2010.12.036